El Infierno de Eros y Orfeo (2/9) (Lujuria)

Eros encontró un túnel por el que tenía que subir en una cueva llena de almas diferentes a las que había visto.

De repente cayó al suelo y se dio un golpe en el brazo.

Tuvo una visión: se trataba de un libro de poemas lleno de traumas, fetiches sexuales y proyecciones oscuras de un ego roto.

Es entonces cuando se apareció el poeta Orfeo y recitó un poema. Decía así:


Karma, Karman y Karl Marx

Calma, Soledad y Comunismo

Karma de Promesa y yo sin abalorio

Un paso atrás y dos adelante

 

 

No parecía tener sentido, al menos, Eros no lo encontraba. Orfeo estaba poseído por un demonio y tampoco sabía lo que había recitado. Era un momento muy aleatorio de visiones y críticas sin sentido.

-Tú eres libre Orfeo

-¿Qué dices? Replicó él

-¿A qué viene esto? Preguntó otra vez

 

No tenía ni pies ni cabeza la conversación. 


Orfeo quería redimirse a través de una vida pastoril, y Eros a través de la seducción y el deseo.


El pastor fue a buscar sin mirar atrás los hábitos de pastor y usar su lira para atraer ovejas para recuperar a su dueña en un plan sin sentido.

Eros buscó el hedonismo y el arte de la persuasión para liberar su deseo.


Se pusieron a descansar y a clamar las prisas por el viaje que tenían que hacer. Un haz de belleza les nubló la visión, era un destello de varias tonalidades de lila. Ellos simplemente siguieron ese destello... llegando al camino hacia el tercer círculo.

Tras este destello Venus envió agua, y un gran alivio al dolor físico a través de un abalorio. Subieron a un navío creyendo volver al Limbo, pero se dirigían en realidad al tercer círculo. Cuando llegaron una risa fantasmagórica reverberó por todo el círculo.

 

 

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