El Infierno de Eros y Orfeo (4/9) (Codicia)

Al llegar al cuarto círculo se oyen niños llorando con reverberación en un sonido aterrador.

Eros y Orfeo no se separan lo más mínimo y empiezan a ver una serie de injusticias en sus cabezas. Cada uno veía una cosa diferente, y por muy fuerte que fuese no se separaban el uno del otro, no querían ser abandonados a su suerte...

Los recuerdos más llamativos eran en Eros la negación del deseo por Venus reprendiendo a Psique y el haber usado sus flechas contra personas que quizá no congeniarían bien. Sentía frustración y arrepentimiento, machacándose y machacándose en esos recuerdos.

En Orfeo los recuerdos eran de acabar con las amazonas, que no tenían culpa de la ira de Ulises, y de la muerte de Eurídice que lo dejó apenado, además recordó un evento de infancia dañando a un animal, sintiendo mucha culpa, y más ahora que era pastor.


Intentaron acumular oro del infierno, pero ir cargados de oro todo el trayecto atrás no estaba contemplado por ellos.

Otra vez una risa diabólica sonó y retumbó de forma estruendosa en un sonido, fuerte y hueco, que los dejó aturdidos un breve espacio de tiempo. 


Eros, quería ir ignorando el dinero y Orfeo también, sólo iban luchando contra recuerdos todo el camino, no había ninguna presencia ni nada que perturbase un camino de oro, plata y bronce.

A más oro veían peor era el recuerdo, pasando por la plata y el más leve recuerdo era bronce.

Pensaban que acumulando dinero podrían reparar el daño causado y sufrido.

Es por ello que los recuerdos se sostenían en el tiempo y se mezclaban unos con otros cuando trataban de acelerar más de la cuenta o no aceptaban el recuerdo.

Como siguieron juntos todo el camino no cedieron a los malos recuerdos y se mantuvieron firmes.


Una vez pasado el camino de oro, plata y bronce una barca los esperaba para ir al quinto círculo, los recuerdos se desvanecieron y empezaron a sentir una emoción muy fuerte ante la injusticia de las proyecciones: ira




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