El Infierno de Eros y Orfeo (7/9) (Culpa antes de llegar al limbo)

Pasando por el segundo círculo de la Lujuria, fueron sintiendo culpa, y lo que los protegía era sencillamente pensar en sus respectivas amadas. 

La culpa de haberlas dañado era una neurosis, no era real, pero les estaba comunicando su defecto... Preocuparse en exceso por haber dañado a la gente, sin saber que a los más cercanos les haces daño como parte de la convivencia, sin fijarse casi en absoluto en lo que aportaron a sus amadas y allegados. Sólo quizá para sentir un alivio momentáneo pensaban en la parte buena, dejando fluir grandes cantidades de culpa.

 

La Lujuria y la culpa, era una combinación que según Orfeo se adaptaba más a lo que sentían sus amadas, por un poemario que leyó una vez, y por un manual más general que completó esa experiencia particular.

Eros entonces pensó en el perdón, pero sintió una vergüenza muy grande. A Orfeo le daba igual, pero Eros estaba pasando un bochorno.

Tenían que hacer algo...


No sabían que lo mejor era no seguir erre que erre con el mismo patrón de imposibilitar lo que les dijo Hefesto, libertad y alivio, se compadecerían y cederían posiciones quizá más adelante, estaban limitando en pro de un espacio que vendría después de vencer la culpa...


La neurosis no les comunicó nada más, sólo las heridas durante el trayecto escocían y sanaban, durante el dolor lujurioso, tenían impulsos sexuales, pero eran tan puros que no querían sexualizar entre ellos, pese a lo honorable que era tener relaciones entre dos hombres. Máxime si eran héroes, filósofos, poetas o personas ilustres sin un gran nombre.


Necesitaban una prueba como las que superaban en antaño por el amor. No obstante, estaban heridos.

La prisa no hacía más que darles ansiedad, que no sabían manejar.

La acumulación de ansiedad podría ser letal de no ser tratada a tiempo, y Cronos era un viejo que limitaba la alegría de manera realista. Algo los esperaba quizá en el limbo, quizá más allá. Debían seguir adelante y tomar una decisión importante ellos dos. Una vez en el limbo Cronos decide intervenir y dirigirse por separado a ambos, empezando por Orfeo...

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