El Páramo (2x08)

Juan estaba en la ciudad de los psicópatas otra vez en una operación especial.

Allí se encontró con un jefecillo que, sin saber quien era él, buscaba pelearse. Provocando en la taberna rompiendo cosas hubo un enfrentamiento de todos contra el jefecillo. Sin embargo Juan le disparó en la pierna rápidamente.

Los de la taberna lo sentaron en una silla y empezaron a ser un poco sádicos. Juan, no obstante trató de frenar ese impulso de sadismo de los demás, pero quiso sacar información al grupo.

Haciendo gala de haberlo reducido se ganó la confianza del barman. Le dijo que le pagaría si le decía a quienes gobernaba ese jefecillo, y que pasaría desapercibido y sin deuda alguna, reuniéndose por la noche detrás de la taberna.

El barman aceptó y se reunieron ahí. Le dijo toda la información que sabía y Juan la verificó con él yendo a la base del jefecillo encapuchados. El barman se fue con el dinero tras verificar Juan la efigie del que sentaron en el bar allí situada. Una prueba exageradamente notable. La operación continuaría días después con el apoyo de Ezequiel, que estaba dormido.


Mientras tanto, Alejandra encontró una base antiaérea del antiguo Gobierno. Era una zona de media radiación y había muchos metales por el suelo desperdigados. Había un reactor de fusión diminuto en la base que perceptiblemente no era de allí y tenía huellas recientes.

Alejandra siguió investigando...

En la base había símbolos del antiguo Gobierno soviético, la sede estatal antigua tenía colores morados también por doquier, Alejandra no sabía que significaba.

Una foto del joven Presidente de la república soviética se encontraba entre la propaganda, así como un uniforme de capitán...

 

Alejandra trajo consigo ese uniforme y marco de foto a la base de La Unión... No sabía que eso formaba parte de un plan improvisado... También trajo ese reactor diminuto consigo y lo investigaron los científicos de La Unión.

Era un grial que traería consigo una prosperidad al proto-estado y desarrollaría una exclusividad tecnológica sin precedentes que sería ventajosa para La Unión.

 

Días después se pusieron a investigar quien era ese Presidente, descubrieron rápidamente que era el predecesor y Presidente antes de las bombas nucleares revisando la escueta biblioteca estatal.

Una semana después ese Presidente se presentó allí para asombro de toda la población, también con otro reactor diminuto y libros de Karl Marx y Engels, así como de feminismo marxista de color morado. Casi nadie conocía esas cosas, y quienes lo hacían era muy por encima sin llegar a saber demasiado.


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