El Páramo (3x02)

 El Ejército de Transición fue al Búnker 72. Ahí paralelamente Juan y Ezequiel iban a su misión de suministrar contratos de construcción comprando cemento y vendiendo excedentes de la comuna.

En el Búnker 72 estaba Pedro, que era una persona muy espiritual. Todos parecían más empáticos de la cuenta, o más que el promedio al menos.

Allí había entre las 150 personas un gobierno de ésas 150 personas con todos los recursos públicos y los almacenes llenos. Con apoyo espiritual los almacenes tenían un misterioso recurso llamado maná.

Un militar teniente en un acto de prepotencia dijo a Pedro que le diera algo de maná, notando una contracción en el ombligo. Pedro había contestado robando el maná que llevamos todos.

A continuación ayudó a sanar la fiebre a una soldado enfermo que estaba junto a Alejandra lastimado.

El colapso del búnker era algo posible ahora que su líder estaba siendo proselitista. Rodrigo no estaba allí, pero era un daño controlado. Alejandra quiso hablar con Pedro pero no pudo, en su lugar Pedro habló con el soldado raso más enfangado que había y le dió unas semillas y un frasco de agua estelar o algo así.

Las semillas las usaría para plantarlas y el agua para regar la semilla, no sin antes bendecirse con ese agua.

 

Juan estaba por su parte tratando de mejorar las relaciones con Ciudad Refugio que ya era de facto un socio muy importante. Ezequiel era estúpido y compró una baratija con supuestas propiedades de organización, un gato amarillo que movía el puño.

Todo mejoraba lenta y gradualmente. Era el renacer social o algo así.

Pedro fue a su rutina caótica estándar. Se despidió de Alejandra notando su interés genuino pero no hizo ningún gesto más.

Rodrigo quiso usar los reactores pequeños para crear minerales que repararían el suelo lentamente un proceso quizá loco para los ojos de alguien que no ha vivido una guerra en sus carnes.

Agradecidos con el Búnker 72 establecieron correspondencia de apoyo, que la población desconocía que era exactamente. Todo lo posible se haría para sanar el espíritu de la Federación Socialista de antaño. Necesitaban trascender el marco de la pobreza material generalizada por muchos progresos testimoniales y productivos que hiciesen.