El Páramo (3x03)

Nacido el sector de la correspondencia la comuna se reforzó. La comuna eran 1200 personas y 450 casas, 320 de metal y 130 de madera, de las que 25 de metal y 22 de madera eran propiedad de hacendados, el resto propiedad personal y alquiler público.


Se iba a desarrollar ladrillo con los yacimientos de arcilla que estaban entre la comuna y el Búnker 72. El cemento lo pondría Ciudad Refugio.

La agricultura crecía y la lluvia era ligeramente menos radiactiva. Un progreso de la naturaleza cuanto menos tangible.


Alejandra y su teniente María fueron al Búnker ellas dos. María quería asegurar el plan de Rodrigo de correspondencia, mientras que Alejandra quería un contrato pionero según su propio plan.

La infraestructura del búnker estaba patas arriba. Es por ello que se veían cables y cosas que no sabían para que servían. Una vez allí, Alejandra y María ejecutaron sus planes, siendo provechosos y obteniendo el resultado que querían.

Alejandra consiguió un suministro de semillas con cada correspondencia y agua de esa estelar. María empero se aseguró de seguir con la correspondencia de la mano de la empresa pública.


Los sellos se empezaron a vender en La Unión, es ahí cuando el Presidente no quiso intervenir. El sello sería no la cara del Presidente, si no un tomate de los mejores.

Se vendió como la espuma y los beneficios se invirtieron a hacer casas respecto a los planes estratégicos de Rodrigo. 25 personas del búnker irían allí a vivir y sus casas serían como las del resto pero con un diseño nuevo para innovar.

Serían de metal alimentadas con biomasa de los bosques y desechos de los cultivos.


10 casas de metal se construyeron en un mes y se les dio en alquiler a los nuevos ciudadanos. El Búnker 72 serían ahora 125 personas aumentando el nivel de caos allí, el equilibrio se había desestabilizado y tardaría su tiempo en volver a ser normal.

Pedro intercambiaba correspondencia con Rodrigo y harían lo mejor para su gente. La expansión de las zonas agrícolas con el método del reactor y las semillas darían empleo a 18 de esas nuevas personas de La Unión. Las otras 7 serían 4 para labores de gestión laboral y espiritual, y las otras 3 para gestión de la burocracia comunal.

Concretamente estarían a las órdenes de María, que los pondría a gestionar la cada vez más milicia popular, dos para la mixta y una para la no-mixta.


En Ciudad Refugio había ido sólo ese Ezequiel, que quería una piedra esotérica, a saber que era eso, nada bueno, o sí quizá sí.

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